En México existe una muy extensa variedad de dulces típicos.
Hablar de cada uno de ellos, de su historia, de cómo se volvieron tradición y
patrimonio de nuestro país, podría requerir tanto espacio que, sin duda, podríamos
tener una enciclopedia de más de 30 tomos. Por lo anterior, hemos decidido que
en este espacio únicamente hablaremos de un dulce en particular; uno que por
usos y costumbres ha sido llamado a lo largo y ancho del país como Borrachito, que
aunque desde 1986 y hasta la actualidad dicha palabra es una marca registrada y
nadie que no sea su propietario debería utilizarla para la comercialización de
este producto, la gente lo conoce y lo pedirá con ese nombre a donde quiera que
lo vaya a buscar.
Pero empecemos por la historia de este delicioso dulce…
A principios del Siglo XVII, en el lejano 1607, en la “recién”
fundada ciudad de Puebla de los Angeles, doña Isabel de Villanueva Guzmán (una
criolla), viuda de don Antonio Arellano (Aparentemente un pintor, español
acaudalado) donó unos terrenos y cuarenta y tres mil pesos para la construcción
de un convento que a la postre se llamaría el Convento de Santa Clara. La
construcción de este convento y de su respectiva parroquia tomó varios años y
se decidió que los mismos fueran advocados y consagrados a Santa Clara de Asís
en el año de 1642.
Ya para mediados del siglo XVII, las Clarisas (así les
llaman a las hermanas de la Orden de Santa Clara) eran muy famosas en Puebla
por dos razones, la primera tenía que ver con su labor altruista relacionada con
la educación de los niños pobres, y la segunda era su marcada dedicación a la
elaboración de dulces de leche, dulces de camote, alfajores y mazapanes. Se
cuenta que todo empezó con una monja mestiza, llamada Eduviges, que fue una de
las principales promotoras de la comercialización de los dulces que preparaban
para su consumo personal, el consumo de los niños pobres que educaban, de los
visitantes al convento y como regalo para los benefactores de la iglesia,
consiguiendo que su Obispo le diera permiso para venderlos afuera del templo
situado al lado de su convento, lo que hizo que dichos productos empezaran a
popularizarse.
El nombre de Borrachitos proviene del alcohol que contienen
y aunque los colores pueden variar, los clásicos son los que tienen sabor a vainilla.
Con el paso del tiempo la variedad de estos productos ha ido creciendo de
manera considerable, por lo que hoy en día es común encontrar borrachitos de
Chocolate, Cajeta, Capuchino, Rompope, Tres Leches, Coco, Napolitano, Cogñac, Champagne,
Tequila y Kahlua, lo que hace una variedad muy interesante de sabores, todos
dignos de probarse.
Aunque el nombre Borrachitos es el genérico con el que se
conoce a este dulce, la palabra ha sido registrada desde 1986 ante la autoridad,
por lo que ahora sólo puede ser comercial y legalmente usada por una compañía
de dulces de la ciudad de Guadalajara, Jalisco, sin que esto impida que el
resto de los mexicanos sigan conociendo al dulce con este nombre,
independientemente de quién lo haya fabricado.
En la actualidad, los borrachitos son un dulce típico mexicano
que se exporta a todo el mundo y que está deleitando el paladar de millones de
personas con su delicioso sabor y agradable textura.
¿Hace cuánto que no pruebas unos? Son muy asequibles,
fáciles de encontrar y por su tamaño, un gustito que te puedes dar de vez en
cuando. ¡No pierdas la oportunidad y pide los tuyos hoy mismo!